Nuestra vida actualmente está ligada a todos los dispositivos electrónicos que utilizamos, nuestro smartphone, la tablet o la laptop, o cualquier otro que se nos pueda ocurrir. De hecho, somos prácticamente dependiente de ellos, pues, con estos podemos desde tomar una fotografía, hasta realizar el pago por alguna compra que realizamos. Y en cierta medida, esto es lo lógico, ya que la tecnología efectivamente ha ido evolucionando con la finalidad de facilitarnos nuestras actividades cotidianas.
La vigilancia de nuestros hijos y de nuestro hogar también puede recaer, en diversas circunstancias, bajo las posibilidades de lo que pueda hacer una aplicación, bien sea usar las redes sociales para comunicarnos con nuestros hijos, o un sistema de seguridad que nos permita monitorear nuestro hogar u oficina en tiempo real a través de la web.
Pero ¿Es esto lo mejor?
En teoría, lo ideal es que utilicemos todos los dispositivos que han sido diseñados y que nos puedan ayudar para tener una mejor calidad de vida. Aunque esto sea así, debemos ser conscientes de todos los riesgos que esto lleva consigo, riesgos que todas las empresas encargadas de diseñar software o hardware han tratado de minimizar con su ingenio y arduo trabajo.
Uno de los próximos pasos en el mundo actual es el de incorporar los vehículos sin conductor a la vida cotidiana, este representa un gran paso adelante en cuanto a tecnología se refiere, pero a nivel de seguridad las exigencias son muchas, y la cantidad de pruebas que requiere una implementación de este nivel no son pocas precisamente.
El futuro pinta de una forma prometedora. La tecnología está simplificando procesos y ayudándonos a vivir mejor, pero esto no es gratis. Los riesgos que conlleva tener una vida tan ligada a la programación es que cualquier fallo puede terminar afectando de una forma bastante fuerte nuestra información o nos puede hacer más vulnerables.