Entre los avances tecnológicos previstos para los próximos 10 a 15 años, el prospectivista Luis Caraballo, menciona las tecnologías de superconductores, biochips, ingeniería cerámica, órganos artificiales, diferencias genéticas, materiales inteligentes, traducción simultánea, computación paralela, computadores inteligentes y toda una abrumadora lista de tecnologías emergentes. “Ya para el 2020 se estará emulando la capacidad de procesamiento del cerebro humano, dijo. La potencia de los ordenadores aumenta en cada década a razón de 4.000 veces por unidad de coste”, detalla. En su opinión, la adopción de cada una de estas innovaciones tecnológicas acarrea nuevas y distintas modalidades de delitos informáticos, que deberán ser atendidos y conocidos.
Compartir información y divulgar el conocimiento, adoptar las mejores prácticas y un esquema integral de la seguridad interna por parte de las organizaciones, sumado a la incorporación de leyes que permitan acompasar el auge delictivo, son mencionados como los aspectos clave en la lucha contra los delitos informáticos. “Los aspectos legales no se pueden quedar en una visión del pasado, deben estar a la par de la transformación en materia delictiva”, advierte.
Caraballo plantea que se trata de un problema que tiene muchas aristas y que debe ser atendido de forma integral. “No es un asunto que tenga que ver solamente con la seguridad interna de la organización. En el análisis de las incidencias delictivas se encuentran fundamentalmente dos tipos de motivaciones: financiera y de venganza, por tanto, hay que tener muy en cuenta de la parte sociocultural, y las políticas de recurso humanos en las organizaciones”, dice.
La efectividad de la regulación legal por una parte, y las medidas de protección que asuman los individuos y organizaciones, son las variables que, a juicio de Caraballo permiten definir diferentes escenarios de futuro. Asegura que cuando confluyen la alta eficiencia en la protección y una regulación legal altamente efectiva, los delitos informáticos pueden verse disminuidos; de lo contrario, podríamos estar ante un caos informático.
Enfoque Seguro