Un reporte avalado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) afirma que la privacidad y la reducción de costos serán fundamentales para la emisión y el uso de tokens digitales en el sector público y privado. El organismo multilateral considera que las instituciones y las empresas tienen varias alternativas para sumarse a las nuevas formas de pagos.
Las opciones que podrían dominar son: las monedas digitales de bancos centrales (CBDC), monedas privadas o stablecoins como Libra o Tether y criptomonedas descentralizadas como bitcoin, por ejemplo. En el informe titulado Provisión de privacidad, latencia de pago y la función de las garantías, los autores señalan que la economía actual, condicionada por la pandemia del coronavirus, favorecería la emisión de tokens digitales.
La situación obedece a que, según el informe, los bancos centrales y el sistema bancario en general «están inundados de reservas y depósitos» como parte de los programas de ayuda económica a sus ciudadanos.
«La economía subyacente favorecería la emisión de tales tokens en lugar de las grandes reservas del banco central y los considerables depósitos bancarios. Tales tokens digitales serán utilizables por todos los agentes económicos en todas las ‘tuberías’ dentro de la fontanería del mercado, lo que se asemeja a la reutilización colateral», destaca el informe.
El que la tecnología se relacione de forma más directa con la política, a través de los tokens digitales, abre el debate sobre hasta qué punto los nuevos acuerdos de pagos electrónicos deben ser controlados por las autoridades públicas, en el caso de las CBDC. Del otro lado de la orilla se plantea la interrogante, «¿hasta qué punto deben estar bajo el control de operadores privados?».
Las principales preocupaciones en el sector público están relacionadas con los casos de vulnerabilidad de los datos o la capacidad que tengan los bancos centrales de ofrecer protección a la privacidad. Según el informe, en un hipotético caso de que exista una CBDC para todos (minoristas y clientes corporativos), el sistema bancario actual quedaría estructuralmente apartado.
«¿Suministrarán entonces los bancos centrales depósitos a los bancos en lugar de garantías (colaterales)? En este caso, la fontanería del mercado se verá afectada negativamente, ya que los buenos títulos valores se agotarán en el balance del banco central», añadió el trabajo.
En su tarea por conocer el funcionamiento de las criptomonedas y cómo están afectado el sistema financiero internacional, el FMI en conjunto con el Banco Mundial crearon en abril del año pasado una criptomoneda para explorar la tecnología. CriptoNoticias informó en ese entonces que el activo para el aprendizaje (learning coin) sería puesto a disposición de sus funcionarios para que se familiarizaran con los tokens digitales.
En 2018 el propio FMI vaticinó que las criptomonedas sustituirán a las monedas fíat, lo que generaría una reducción en la demanda de dinero de los bancos centrales por parte de la población y una inoperancia de las políticas monetarias.
Hace dos años la institución mencionó que aún faltaban puntos por resolver en el ecosistema y que en mayor o menor medida aún existen. Entre esos aspectos se citaron los fraudes, violaciones de seguridad y fallas operativas de las plataformas. Para intentar minimizar los problemas se planteó una mayor regulación de la industria de las criptomonedas.