Hechos clave:
- El precio de BTC ha tenido varias jornadas con pérdidas superiores al 10%.
- Durante la crisis del coronavirus, la narrativa alcista del halving parece haberse decaído.
Son apenas las 5:30 de la mañana en Caracas. Estamos de cuarentena, buscando frenar la expansión del Coronavirus que ya tiene la atención del mundo entero. El despertador sigue intacto a pesar de que la niña no tiene clases. Pero incluso antes de que la alarma suene, ya varias notificaciones han captado mi atención.
“Precio de BTC está abajo 5% en 1 hora”, “precio de BTC está abajo 10 % en 24 horas”, son algunos de los mensajes que me ha enviado la aplicación de rastreo del mercado de criptomonedas instalada en mi teléfono móvil. Junto a esas notificaciones de bitcoin, otras criptomonedas han arrojado alarmas similares. El mercado entero amaneció en rojo. Es lunes y esto apenas comienza.
Mientras el mundo está parcialmente paralizado, las plataformas de intercambio de criptomonedas siguen su actividad. A través de esas plataformas, grandes tenedores de bitcoin parecen estar saliendo de sus posiciones para optar por activos de menor riesgo, mientras los principales índices bursátiles y el petróleo también caen en picada.
Esa actividad es la que marca la “cuarentena”, si tu actividad es reportar sobre bitcoin y las criptomonedas. Especialmente, si lo has venido haciendo durante más de un año, desde tu propia casa. Es decir, se trata de un día normal para un reportero que escribe sobre bitcoin y criptomonedas. Incluyendo la volatilidad del mercado.
Lo primero a lo que uno se acostumbra al escribir diariamente sobre el tema es a no prestar demasiada atención a los vaivenes del mercado de criptomonedas. Pero esos mensajes, en plena pandemia, sí llaman la atención. Tanto, que desde entonces, en menos de un mes, he seguido el precio de bitcoin más que en un año de trabajo en el área. Y cabe acotar que, al principio, lo seguía. Y mucho.
Jornadas rojas
No era simple volatilidad. Lo que ocurría ese lunes 9 de marzo era una caída generalizada de los mercados internacionales, incluido bitcoin. Y con esta, la criptomoneda pionera, caía el resto del mercado. La depreciación, solo entre domingo y ese lunes, rondaba el 10% para bitcoin, que cayó del nivel de USD 8.600 a USD 7.800.

En mi mente, solo sonaba un tema musical: Raining Blood, de la banda de thrash metal Slayer. Abrir cualquier sitio de rastreo del mercado era encontrarse precisamente con una lluvia de sangre en forma de números negativos. Todo rojo. Incluso las stablecoins, aunque en porcentajes que no le sacaban de su rango de correlación con el dólar.
Hasta entonces, las jornadas rojas que recordaba desde que comencé a cubrir la fuente venían seguidas de algún rebote no muy alto o cierta estabilidad en los días siguientes. Pero este no fue el caso. A esa jornada le siguió una peor.
Solo tres días después, entre el miércoles y jueves, el precio de bitcoin cayó de los USD 7.800 a USD 4.400. Esa nueva jornada de pérdidas tuvo una caída que superó el 40% en 24 horas. Si nos remitimos al precio del domingo, en apenas 5 días bitcoin se depreció casi 50%.
Para entonces, ya era irreversible. La misma aplicación que me alertó de muchas maneras el lunes ahora no paraba de emitir notificaciones. Caídas cada hora, cada 3, 6, 24 horas. De bitcoin, ETH, XRP, LTC, BCH. Todo el mercado caía sin aparente fin.
Los días que siguieron, la inestabilidad fue continua. Un rebote a USD 5.600, luego otra vez USD 5.000, 5.800 y otro bajón a 4.500. Luego, un pico en 6.800, un piso en 5.700 y cierta estabilidad entre USD 5.900 y 6.600, los últimos días. Al momento que redacto, el precio de bitcoin es de USD 6.400 según los registros de CoinMarketCap.
Narrativas y predicciones subvertidas por la pandemia
Desde que comencé a escribir sobre criptomonedas y, más recientemente, enfocándome en el mercado, decidí poner en práctica algo que siempre me ha acompañado como periodista: la duda. No creer en todo lo que leo, incluso cuestionarlo todo. Por ello, las narrativas alcistas de algunos analistas siempre me generaron cierta suspicacia. ¿Qué intereses están detrás de sus vaticinios? ¿Son bitcoiners, analistas de otros mercados?

Simplemente, es lógica: a menor oferta y mayor eficiencia requerida de los equipos de minería, el precio debería subir. Y viendo los antecedentes, no resultaba descabellado esperar un movimiento alcista previo y posterior al halving.
De hecho, cuando llegó el primer halving el precio de BTC era de unos 12 dólares; para el segundo, en 2016, bitcoin tenía un valor de mercado de USD 650. Ahora, cuando nos preparamos para el tercer halving, el precio más bajo del año ha estado por encima de los USD 4.000.
Este 2020 el comportamiento del mercado parecía respaldar el sentimiento alcista pre halving. No solo porque en enero el precio hubiera ganado más que en cualquier enero de los últimos 7 años. También, porque la actividad en la red parecía prepararse para ello, con máximos históricos en poder de cómputo.
Pero la pandemia llegó para revertir casi todo lo que venía ocurriendo en el mundo. Paralizando la actividad normal y tumbando los mercados. En el caso de bitcoin, hay una luz al final del túnel. Tenue, pero está ahí.
A diferencia de los mercados tradicionales, que no han logrado recuperarse, bitcoin parece agarrar nuevamente cierto vuelo. Al menos, así ha sido los últimos días. Todavía está lejos el precio de inicio del año, alrededor de los USD 7.200. Y los precedentes de halving anteriores ponen las expectativas alcistas muy altas.
En ambos casos, la reducción de recompensas ha sido seguida por nuevos máximos históricos. Pero, ¿podrá el mercado de criptomonedas sobreponerse al coronavirus? El precio actual es apenas poco más de 30% de los casi USD 20.000 que tuvo bitcoin a finales de 2017.
¿Será el halving ese catalizador que nos vendieron analistas como el que impulsará a bitcoin? ¿Tendrá más fuerza que una pandemia que promete cambiar nuestra forma de desenvolvernos? Esas son las preguntas que quitan el sueño cuando escribes diariamente sobre un mercado que a veces se comporta como el resto y otras veces no.
Mi cuarentena pasa, en gran parte, por CoinMarketCap, Coinmetrics y otros sitios de ese tipo. Bueno, también pasa con las clases en casa de mi hija, la reiterativa lavada de manos y las salidas con una indumentaria que parece más sacada de “12 Monkeys” o “The Walking Dead” que la de un tipo que pasa del cuarto a la oficina improvisada en la sala de su casa.