Emprender se ha puesto de moda. Esto es muy positivo, puesto que son muchos puestos de empleo que se van creando, además, cualquier proyecto de emprendimiento que resulte exitoso garantiza independencia financiera y la consecución de un sueño para su creador. Pero, el camino al éxito no es tarea sencilla, son muchos los obstáculos que se deben superar y para ello, una de las herramientas más poderosas es la capacidad de delegar.
Al comienzo de todo proyecto, muchas veces se tiene solo la idea, y a medida que se le va dando forma se va pensando en un equipo de trabajo, donde cada uno tendrá una área en específico y deberá cumplir con una serie de objetivos previstos. Ciertamente, uno de los aspectos que puede afectar o no el resultado positivo de ese trabajo es que se elija a la persona adecuada para una determinada responsabilidad, pero también, que se tenga la inteligencia necesaria para entender que muchas veces, por no decir siempre, no podemos realizar todo el trabajo solo, y es ahí donde entra la palabra liderazgo.
Probablemente no contemos con el capital suficiente para construir lo rápido que quisiéramos nuestro emprendimiento, en ese caso, tendemos a buscar alianzas con personas que nos puedan apoyar en los aspectos que no dominamos, por ejemplo, quien haga la página web y la maneje, el encargado de las redes sociales, etc.
Pero para que ese grupo de trabajo logre su fin, el liderazgo es vital. Si tenemos una idea y queremos incorporar a alguien a ella, debemos vendérsela de la forma correcta y darle a entender que efectivamente si es posible realizarla, e incluso, el punto de vista de esa persona puede ser fundamental para corregir errores que estemos cometiendo.
Siendo así, es necesario entender que el buen liderazgo motiva, pero también sabe reconocer el esfuerzo de otros, lo valora y lo premia. No se puede pretender conseguir un grupo de trabajo si no se le respeta su aporte. Así que si quieres alcanzar el éxito en tu emprendimiento, ten en cuenta que tu capital humano es vital para hacerlo.