El Bitcoin es la criptomoneda preferida por quienes invierten en criptoactivos. Sin embargo, lo más relevante de ella es todo lo que la rodea, la rapidez en sus transacciones, los costos de las mismas y la posibilidad de esconder la identidad de quienes las realizan. Desde su aparición en la escena mundial, otros criptoactivos han sido creados, aunque esta sigue conservando el protagonismo en el mercado.
En diciembre del año pasado, el Bitcoin ocupó los titulares de todos los medios gracias al crecimiento desproporcionado de su costo, llegando a estar por el orden de los 20.000 dólares por unidad. A pesar de ello, su volatilidad ha hecho que, a pesar de llegar a ese máximo histórico, en estos momentos, al escribir estas líneas, su costo es aproximadamente 11.400 dólares por unidad, lo que, si bien es alto, demuestra que el comportamiento de su cotización aun no sea estable.
Ahora, esta criptomoneda se enfrenta al reto de mantener estable su valor, y si bien su precio puede ir a la baja, la tendencia alcista de su valor se mantiene intacta.
El precio del Bitcoin, y de las criptomonedas en general, ha tenido una considerable pérdida de valor, estimando, algunas voces expertas en la materia, que esto se debe a un reacomodo de su valor, mientras que otros afirman que el precio seguirá fluctuando.
Lo que sí es una realidad es que, en este tipo de activos, no se puede estimar aun, cuál será el comportamiento real que tendrá ya que puede depender de diversos factores, entre los que se encuentran las regulaciones que puedan establecer las autoridades sobre su uso, su adopción o no como un método de pago legal en los mercados, y, sobre todo, la confianza que pueda despertar entre los posibles compradores.
El Bitcoin llegó para quedarse, y aunque ahora pueda parecer que es todo un reto que mantenga su precio, solo el futuro dirá si se trata de una burbuja, o si, por el contrario, el futuro ya está aquí.