La carencia de un marco legal para determinar la regulación de las diversas criptodivisas en Panamá es una situación que podría volverse en contra de la sociedad y servir de herramienta para los criminales, para blanquear dinero, financiar terrorismo o pornografía infantil, advirtieron expertos.
Las especulaciones sobre las virtudes de este método de pago, que rompe esquemas frente a los sistemas tradicionales, ha provocado que hasta los bancos en el país centroamericano adoptaran su uso, dijo Carlos Damián, del Observatorio de Violencia del Sistema Nacional Integrado de Estadísticas Criminales (Siec).
«En Panamá hay un vacío legal, la Superintendencia de Banco y la Superintendencia del Mercado de Valores no tiene regulación alguna sobre la moneda digital, lo que hace que sea de libre oferta y demanda», declaró el economista financiero, que participa desde hoy en el VI Congreso Internacional de la Criminalidad en Panamá.
Sostuvo que el lado bueno del dinero virtual, como la famosa moneda «bitcóin» es que no necesita intermediación financiera o una casa de remesa, pero la contraparte es que a su vez puede ser usado como herramienta para el financiamiento de terrorismo y lavado de dinero.
Manifestó que actualmente el Siec no cuenta con estadísticas de que la moneda presente anomalías en delitos, pero mencionó que los especialistas poseen informes de su mal utilización en otros países.
Explicó que en 2008, cuando salió al mercado esta criptodivisa, su precio no tenía valor comparado al dólar, pero en 2009 empezó a subir su valor a 0.39 centavos de dólar; hasta alcanzar su punto más alto en 2017, llegando a costar más de 10.000 dólares.
«Hoy actualmente la moneda digital está bajando su cotización en el mercado, casi un 40 por ciento desde su pico más alto», aseguró.
Citó que recientemente el Gobierno de los Estados Unidos está avanzando en una reglamentación para la circulación de la moneda virtual, dado que ésta utiliza la plataforma P2P (peer to peer en inglés) que permite compartir información en red.
«Esta normativa busca determinar quién es el propietario de los bitcóin, porque éste se puede comprar vender y transferir, pero no puede haber dos beneficiarios (…), hay que tener en cuenta que la moneda es un algoritmo, cada propietario tiene un seudónimo, y este le permite no dejar rastro», aclaró.