TalCual. Las 44 entidades bancarias existentes en el país han robustecido sus mecanismos de protección para evitar el acoso de los delincuentes en la carrera donde 4 de cada 10 venezolanos son víctimas del fraude electrónico; sin embargo, como los pillos acechan y sortean los obstáculos, surgió una nueva modalidad que recluta a los empleados, amenazándolos de muerte, para que faciliten las bases de datos confidenciales de los usuarios del sistema.
Dos métodos se han revelado a las autoridades, asegura Rafael Núñez, experto y asesor en el sector bancario. «En el primero interceptan y tratan de persuadir al empleado. Previamente ya han infiltrado personal en la entidad que provee de información respecto a su hombre clave: rutina, dirección, datos filiatorios, cargo que ocupa».
Con el otro son más agresivos y van directo a un secuestro, coerción, maltrato físico y psicológico.
«Muchos de ellos lo participan al banco y se hace la denuncia formal en el Cicpc (Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas) para que se efectúe la investigación».
En general, el objetivo es captar personal interno de las entidades bancarias que tienen acceso a data privilegiada. Hace uno o dos años, comenta el especialista, la modalidad era secuestrar por breve tiempo a los técnicos de los cajeros para robarse el «Journal» (reporte diario) de los ATMs ¬(Automatic Teller Machine), y posteriormente desencriptarlo.
«Pero como los bancos disponen de un software por si acaso activan trazas del cajero, ya el trabajo no es tan fácil», y por lo tanto los ladrones recurren a nuevos mecanismos cuya eficiencia van probando sobre la marcha.
Este modo de operar que asusta a dueños y empleados bancarios se ha registrado en Caracas, Valencia y en el oriente del país en el primer semestre de 2009. Recientemente, recuerda el experto, «se presentó el caso de una persona a la que abordaron y luego irónicamente el delincuente comenzó a hacer contacto con ella a través del e-mail exigiéndole respuestas sobre el supuesto acuerdo al que habían llegado». El fin último de los cibercriminales en las distintas modalidades es concretar el fraude electrónico.
VULNERABLES AL TIMO
Venezuela es vulnerable a esta acción de los delincuentes que utilizan diversas artimañas para la clonación de tarjetas, violentan cajeros automáticos, y buscan acceder a información personal de los clientes. «El fenómeno ha crecido exponencialmente en los últimos años y la situación es grave», afirma Núñez.
Las medidas de prevención adoptadas por los bancos no han sido suficientes para detener la amenaza permanente que se cierne sobre los usuarios. «El problema está en que las entidades se han enfrascado en protegerse ellas mismos con los mejores empleados y las mejores tecnologías, pero han dejado atrás al usuario.
Hacen falta más campañas de toma de conciencia para el público.
Lo que sabe el venezolano es porque ha aprendido cuando ha sido víctima, pero no porque le hayan enseñado».
Núñez cita el caso de Banamex, el banco más grande de Latinoamérica con sede en México, que redujo 70% el fraude electrónico en el 2005, implementando una herramienta que protege al usuario, a través de antivirus surcoreano que se descarga de la misma página de la entidad. «Esta iniciativa no ha sido acogida en Suramérica y hacia Venezuela y Colombia se están desplazando las redes de delincuencia organizada».
La herramienta sirvió para prevenir phishing, pharming y todos los ataques vía internet banking. El camino a seguir, según Núñez, es desarrollar campañas de prevención efectivas. «La entidad ya está protegida pero el factor humano es al que debemos ayudar», y aquí entran clientes y empleados que también deben ser protegidos.