En medio del constante avance tecnológico que se presenta en nuestra civilización, además de obtener maquinas que nos ayudan a hacer nuestra vida más fácil y a optimizar procesos, también nos enfrentamos a amenazas cada vez más serias en torno a nuestra vida personal, perdida de la información, estafas, y la posibilidad de perder puestos de empleos. Todo ello forma parte de las consecuencias de la evolución tecnológica que se presenta y seguirá dándose en nuestro planeta.
Una industria que ha sido especialmente vulnerable a los ataques informáticos es la industria automotriz. Los automóviles pueden controlarse desde dispositivos móviles, encenderse a distancia, rastrearse su posición y en general cualquier cosa, incluida entre estas, modificar su conducta, acelerando o frenando, hasta un cambio de dirección.
Son muchos los ejemplos que se han dado de hackers que han logrado acceder a los sistemas vitales de los vehículos, estos han terminado en retiro de unidades vendidas del mercado y en millonarias multas. Aunque en determinados casos, se accede a los sistemas de los vehículos precisamente para detectar cuáles son sus puntos débiles y corregirlos, en otros, se ha llegado a la fabricación de dispositivos que los deja totalmente vulnerables a ser robados, entre otras cosas.
Incluso, hackear un vehículo no necesariamente se da usando las sofisticadas computadoras que poseen hoy en día, sino que se pueden usar hasta lectores de cds incorporados en los vehículos para acceder al vehículo.
Este problema no ha sido discutido ni atacado en una forma tan contundente, puede deberse, en parte, a que aún no se ha visto afectada de una forma tan fuerte la industria por ello, sin embargo, no debería esperarse a que esto ocurra.
Como usuarios, siempre podemos disponer de sistemas de seguridad alternos en nuestros vehículos, sin embargo, en algún punto también seremos vulnerables ya que este es un riesgo que debemos correr al usar los avances tecnológicos de hoy día.