Las huellas digitales, nuestra voz y rostro son aspectos únicos e irremplazables que se perfilan como el nuevo sistema de identificación digital que reemplazará próximamente el uso de contraseñas.
Las contraseñas de seguridad que funcionaron efectivamente durante décadas han presentado cada vez más inconvenientes tornando vulnerables nuestros dispositivos, datos en línea y seguridad personal. En primera instancia, las contraseñas son de muy fácil suplantación ya que cualquier persona que tenga acceso a nuestros datos personales, puede incluso hacerse pasar por nosotros.
Su nivel de seguridad es muy bajo y muchas veces los usuarios incurrimos en la confusión u olvido, ya que en un mundo digital manejamos múltiples contraseñas para cada servicio en línea al que accedemos, además de las contraseñas de todos nuestros dispositivos.

Con el avance de la tecnología las contraseñas se han vuelto vulnerables
Al acceder a un sistema de recuperación de contraseñas, en los procedimientos de recuperación, suelen hacerse preguntas personales o solicitar correo electrónico que también pudieran resultar expuestos ataques cibernéticos. En la medida que los hackers se especializan, las contraseñas resultan obsoletas hoy en día como sistema de autoprotección por lo que se necesitaba un sistema que las reemplazara.
Es entonces como la biometría con identificación de voz resulta el paso siguiente como estándar global de identificación personal por ser unipersonal e intransferible. A pesar que su implementación general está en el futuro próximo, ya existen sistemas como CheckVox en los que el análisis de los parámetros biométricos de la voz, su frecuencia y la resonancia craneal son irrepetibles e inimitables.

La biometría remplazará a las contraseñas
Por otra parte, y con el respaldo de Google, Mozilla y Microsoft, surge WebAuth como nuevo estándar de regulación para usuarios en línea, que dejará a las contraseñas en el pasado. Desarrollado por FIDO Alliance y W3C quienes regulan los estándares de uso de la web, apuestan a la identificación biométrica con el uso de huellas digitales o el propio rostro del usuario, como sistema de seguridad irremplazable.
Estos avances, además de suponer un nivel de seguridad mucho más avanzado, representan mucha comodidad para el usuario y mayor rapidez para acceder con nuestra identidad biométrica, a nuestros dispositivos y servicios en línea. Por otra parte, de alguna manera humanizan el hecho tecnológico al comunicarnos con nuestra voz a los sistemas de los que queramos hacer uso.