Revisiones posteriores apuntaron que la complejidad en la programación de esa pieza maliciosa y la especificidad de su misión (aumentar ligeramente la velocidad de rotación de las centrifugadoras, usadas por el gobierno iraní para la extracción de uranio de potencial uso militar) solo podría haber sido elaborado por expertos al servicio de un gobierno.
Los creadores de armas digitales tienen al menos cuatro funciones distintas:»operador, técnico, analista y desarrollador», por lo que «las estructuras encargadas de crear las herramientas de la ciberguerra se han convertido en operaciones tan sofisticadas como las de cualquier software complejo», de acuerdo con Karen Mora
, miembro del grupo de interesados en seguridad informática InRootWeTrust.
«El operador coordina el armado y diseminación del arma, el técnico provee soporte a los miembros del equipo de desarrolladores quienes programan el software y a los analistas quienes revisan el software y señalan errores y deficiencias», agregó Mora, y precisó que estos equipos suelen trabajar de manera separada, en diferentes ubicaciones geográficas, e incluso sin tener contacto entre ellos.