Como reza el dicho: «El diablo sabe más por viejo que por diablo»… Si fuéramos viejos y sabios, como nos lo hace ver una foto modificada por FaceApp, no entregaríamos toda nuestra data personal a desconocidos.
En días recientes ha causado furor una aplicación para envejecer rostros, el cual trabaja a través de un algoritmo y redes neuronales que escanean los rostros, modifican la piel al agregar arrugas y modifican el color del cabello. Los usuarios que por un momento de ocio y distracción acceden a la aplicación, sin saberlo están expuestos a peligros en lo que se refiere a la privacidad de datos.
La aplicación, que existe desde al año 2017, causó polémica anteriormente ya que alteraba la piel y los rasgos étnicos del usuario, en virtud de blanquearlo para volverlo más atractivo. La aplicación debió cerrarse en ese entonces ya que recibió muchas acusaciones relacionadas con racismo.
La herramienta FaceApp, perteneciente a Wireless Lab, del desarrollador ruso Yaroslav Goncharov, permite modificar el rostro bien sea para rejuvenecerlo o envejecerlo y genera una imagen que es subida automáticamente a los servidores de la compañía.

Lionel Messi con FaceApp. Imagen de clarin.com
El sistema en primera instancia, pide acceso a todas las fotografías almacenadas en los dispositivos y, según los términos de uso, los usuarios le otorgan a FaceApp:
“Licencia perpetua, irrevocable, no exclusiva, sin royalties, totalmente pagada y con licencia transferible» para «usar, reproducir, modificar, adaptar, publicar, traducir, crear trabajos derivados, distribuir, realizar públicamente y mostrar los resultados obtenidos. Cuando publicas o compartes contenido de usuario en nuestros servicios, cualquier información asociada como el nombre de usuario, ubicación o foto de perfil serán visibles al público.”
A través de esta aplicación entregamos, además e nuestras fotos y videos, nuestro comportamiento en línea, cookies e identificadores para proveer publicidad personalizada, nuestra ubicación, identificadores del dispositivo y archivos de registro.

Loren Mercadal con FaceApp. Imagen de elheraldo.hn
Las personas normalmente hacen caso omiso a los términos de uso de las aplicaciones que instalan en sus teléfonos inteligentes y, aunque la compañía alude que no compartirá los datos a los que les dimos pleno acceso con terceros, la verdad es que no tenemos idea a quien le estamos abriendo las puertas de nuestra privacidad.
Por otra parte, las aplicaciones que descarguemos han de proceder de fuentes oficiales ya que si provienen de terceros podrían contener el software modificado con maleware que causaría muchos dolores de cabeza. Además de tener instalados programas de seguridad en nuestros dispositivos, debemos actualizar constantemente el sistema operativo, ya que los propios desarrolladores protegen los ataques con parches al sistema y actualizaciones de seguridad.