Quizá hayas oído (o leído en su defecto) sobre todos los detalles que día a día aparecen revoloteando alrededor de la moneda virtual que no ha parado de conquistar seguidores y apostar por una genialidad en cuanto sistema financiero digital se refiere; hablamos de la famosa bitcoin. Sepamos que dicha criptodivisa tuvo como año de nacimiento el pasado 2009. No obstante, ahora parece valer más que nunca, además de corresponder a otro tipo de transacción diferente a lo que pudieron imaginar sus primeros impulsores.
Apenas el 11 de mayo, hace tan solo unos pocos días, su tipo de cambio superaba por primera vez la cantidad correspondiente a 1.600 euros. Parece que la moneda digital se encuentra atravesando un ritmo imparable en cuestión de auge financiero, ni siquiera en su mejor año (2014) mostró tales resultados. Si bien no ha revolucionado de forma totalitaria el comercio en Internet, nadie podrá negar el éxito que ha alcanzado y que sigue en aumento.
«El interés en utilizar el bitcoin como medio de pago se ha ido perdiendo», afirma Jorge Ordovás, director del posgrado sobre bitcoin y blockchain de la Universidad Europea de Madrid (UEM) y cofundador de NevTrace, empresa de servicios y laboratorio de ideas en torno a dicha tecnología.
Estamos en medio de ventajas y desventajas; clientela a favor y en contra. Sin embargo, si bien la bitcoin no se encuentra abaratando los precios o se encuentre en una continua oferta y demanda de su uso, la garantía más importante que la ha mantenido al tope desde su primera aparición ha sido la del anonimato. Cualquiera puede hacer uso de la misma, si necesidad de agregar datos personales en el proceso.
«El pago con bitcoins garantiza el anonimato, lo cual ha supuesto que en estos años los criminales hayan visto esta forma de recibir dinero como un mecanismo efectivo y rápido», expresó Ordovás.