Fue uno de los grandes culebrones de la primera mitad del 2010. La pelea entre el gobierno chino y Google marcó un punto de inflexión en la capacidad de China para controlar la red y la de Google para gestionar sus negocios en el gigante asiático. Todo acabó en julio, pero ahora el cablegate de WikiLeaks retoma el tema para buscar culpables y pone al descubierto la guerra cibernética entre China y Estados Unidos desde 2002.
En concreto, la responsabilidad fue del Comité Central del Partido Comunista según la información clasificada por los Estados Unidos. En uno de los documentos del cablegate liberados en esta primera oleada, emitido desde la embajada en Pekín en enero de 2010, queda recogido cómo el Departamento de Estado fue informado de que el Comité Central dirigió la operación de intrusión en el sistema informático de Google.
Según explica The New York Times, uno de los diarios que ha recibido la exclusiva directamente de WikiLeaks, “el hackeo de Google formó parte de una campaña de sabotaje informático que llevaron a cabo operativos del gobierno, expertos en seguridad privada y piratas de Internet reclutados por el gobierno chino”. Al final todo quedó solucionado y no hubo consecuencias mayores, por lo que los analistas lo vieron como una pequeña escaramuza.
Los datos fueron ofrecidos por un informante local con acceso a los dirigentes chinos y a la diplomacia estadounidense. Las informaciones sobre actividad e instrusismo chino en la red se remonetan al año 2002.
Otros objetivos de la ciberguerra china
Siempre en función de la inteligencia estadounidense, la política de ciberguerra china se ha extendido hasta afectar a otras víctimas. Aunque los cables aún no han sido liberados, el diario NYT adelanta que el Partido Comunista ordenó incursiones digitales en los archivos del gobierno estadounidense y de algunos de sus aliados, del Dalai Lama y de empresas estadounidenses.
La actividad cibernética de los gobiernos es un modo de enfrentamiento y espionaje que funciona de forma activa pero que tiene poca visibilidad en la opinión pública y en la prensa. Especialmente caliente es la confrontación entre Rusia y los países occidentales por la acogida a algunos de los mejores hackers del momento.
Por otro lado, los ciudadanos no son reacios a este tipo de actividad. La última encuesta de Sophos al respecto daba como resultado que un 56% de los encuestados estaban a favor de que su gobierno lanzase un ataque digital en situación de conflicto. De ellos, un 7% lo aprobaba incluso en tiempos de paz.
Fuente: Editorial RWWES