El avance de la tecnología es sumamente rápido. De hecho, a medida que se dan más avances, los relevos generacionales de la tecnología se producen en menos tiempo. Un ejemplo de esto lo podemos ver con la tecnología empleada en los servicios de telefonía celular, estando en estos momentos con la cobertura 4G y teniendo a la vista el relevo generacional, 5G, el cual va a permitir vivir cosas que hasta ahora no se habían logrado hacer, volviendo una realidad el internet de las cosas, masificándolo y revolucionando, literalmente, el mundo tecnológico.
El avance tecnológico trae consigo innumerables beneficios, como por ejemplo, el hacer más barato los costos para poder acceder a estas nuevas creaciones de la ingenieria, permitir una mayor interconexión en el mundo y un acceso, prácticamente ilimitado a la información. Sin embargo, esto también aumenta los riesgos de ser afectados de una forma más poderosa por virus u algún otro programa informático que genere un efecto adverso en nuestros equipos.
Precisamente esto es lo que hace que una de las áreas donde mayor debe ser la inversión sea la de la seguridad informática. Estar preparados para amenazas que aún no existen no es sencillo. Son millones y millones de dólares los que se deben invertir cada año para probar nuevos elementos que hagan de nuestra experiencia con la tecnología una mucho más segura y agradable.
La misma evolución de la tecnología hace que el ser humano se deba adaptar a una nueva realidad mucho más rápido de lo que podría querer, lo que deja en cierta vulnerabilidad a quien no es capaz de llevar a cabo este proceso de adaptación.
Así pues, se plantean numerosos retos de cara al futuro, se necesitan profesionales que hagan más seguro el acceso a estas nuevas tecnologías, y que además, permitan obtener el mayor beneficio de cosas que hasta ahora solo existen en nuestra imaginación.